|
BOB ESPONJA |
¿Quién no se ha entretenido alguna vez con esta peculiar serie de dibujos animados protagonizada por una esponja amarilla que vive en una piña en el fondo del mar?
A nivel personal, he de admitir que al principio no me entusiasmaba demasiado el personaje en cuestión, no me sentía atraída por lo que me transmitía, pero... por motivos personales comencé a ver la serie con frecuencia y yo misma me sorprendí de lo que
Bob Esponja, sus amigos y sus sorpendentes aventuras ofrecían a los más pequeños (y no tan pequeños) para que les gustase tanto, una mezcla de alegría, entusiasmo descontrolado, aventuras de lo más peculiar, la forma que tiene el personaje de vivir en su propio mundo, casi ajeno a todo lo que le rodea... como un niño cuando imagina.. se distrae...pierde la noción del tiempo... como si volase.... Por este motivo, y a pesar de reconocer que la serie era entretenida y divertida yo no las tenía todas conmigo, había algo en la serie que no me terminaba de convencer.....era todo demasiado exagerado.
Hace un año más o menos me llamó la atención una
noticia que decía que Miriam Starobin una niña de 12 años de Long Island había salvado de morir ahogada a su mejor amiga Allyson Golden, cuando estando en clase de música ésta se atragantó con un chicle y Miriam no dudó ni un momento en realizarle la
maniobra de Heimlich. Curiosamente, Miriam alegó que había salvado a su mejor amiga de morir ahogada gracias a que en uno de los capítulos de la serie había visto a Bob Esponja realizar la maniobra a alguno de sus amigos.
En ese momento pensé que ante tan buena noticia habría que darle un voto de confianza a dicha serie y comenzar a pensar que probablemente era yo la que estaba equivocada.